16 nov 2013

Descubriendo la Biblia: la sanación de los discípulos de Jesús



En el Nuevo Testamento la sanación (milagro)[1], significa “la curación corporal y espiritual de la persona”, y se  aplica específicamente a las curaciones milagrosas de Jesús y sus discípulos,  un hecho admirable realizado con el poder de Dios. Podemos reagrupar los milagros en: signos y prodigios, exorcismos, curaciones y resucitaciones (o reanimación de muertos).

            En el mundo greco – romano, los milagros (sanaciones y exorcismos) pertenecen a la religiosidad popular, son  tradiciones populares. Como ejemplo,  encontramos santuarios dedicados a dioses milagrosos, como Isis y Esculapio[2]. Como personajes sanadores se recuerdan a: Orfeo, Museo, Abráis, Epiménides, Aristeas de Proconeso, Pitágoras, Empédocles, Vespasiano, y el más renombrado Apolonio de Tiana[3], quienes utilizan gestos (imposición de manos, tocamientos y otros), oraciones (oráculos), conjuros (exorcismos), sustancias naturales y otros medios,   para la realización de la sanación.

            Otro grupo de personajes que se destacan en la sociedad imperial son los Hombres divinos[4], figuras populares, quienes ejercieron influencia sobre el pueblo por su rol de curanderos, su  prestigio y habilidades sanatorias; entre ellos tenemos: los videntes, adivinos, sacerdotes de los oráculos, ministros de ritos expiatorios, magos, milagreros, profetas, cantores, jefes, reyes, fundadores de ciudades, legisladores, sabios y filósofos. Como ejemplos tenemos a: Heracles, Sócrates, Platón, Crisipo, Epicuro, Diógenes, Menécrates de Siracusa (medico).

            Los males que curan son: daños del rostro y de la boca, mudez, cálculos renales y biliares, embarazos excesivamente prolongados, calvicie, hidropesía, tumores, parásitos, lombrices, cefalalgias, esterilidad, tuberculosis, escrófulas, heridas por armas y ceguera .

            Para concluir esta descripción de lo que es la sanación, presentamos a continuación la enumeración de diferentes sanaciones o milagros realizados por Apolonio de Tiana[5],  en el contexto del siglo I d. C., para comparar la relación con los milagros del Nuevo Testamento. Entre los milagros de Apolonio  tenemos:

   1) Relatos de milagros: libra a Éfeso de una plaga, realiza exorcismo a un joven poseso, desenmascara en Corinto a una joven posesa, reanima a una joven muerta en su día de bodas, demuestra la inocencia de un condenado a muerte antes de su ejecución, reconoce en un león manso la reencarnación del rey Amasis de Egipto, purifica a un homicida inocente, apacigua a un sátiro[6]  asesino en una aldea de Etiopía, propicia que un padre de familia encuentre un tesoro que servirá de dote para sus hijas, mediante sacrificio a los dioses calma seísmos[7]  en las ciudades del Hesponto, ayuda a que enamorado de la estatua de Afrodita tenga cordura, cura a joven con rabia y su perro.

    2) Relatos de predicción: predice muerte del gobernador de Cilicia, anuncia a Damis duración de su estancia en Babilonia, anuncia peste a los habitantes de Éfeso, vaticina peligro a Nerón y que detentará el poder romano, vaticina naufragio de una barca, la restauración del templo de Júpiter Capitolino, la forma en que morirá el emperador Tito, que Nerva (senador romano) será emperador, la muerte del emperador Domiciano.

Otros personajes quienes realizaron milagros fueron: Empédocles, quien efectúa la salvación de una mujer quien  permaneció en cama  durante 30 días sin respiración y sin pulso. Le obedecían el viento y la lluvia y llego a suprimir con éxito las emanaciones malignas de un río. De Menécrates de Siracusa se decía que curaba paralíticos. Epiménides de Creta, libró a Atenas de la peste. Sobre el emperador Vespasiano, se indica que curó en Egipto a un cojo, untándole su saliva en los ojos y dándole una patada en la pierna tullida.

             Esta visión global sobre los milagros en el mundo greco – romano, representa un telón de fondo para describir los milagros en el Nuevo Testamento y específicamente en el Libro de los Hechos de los Apóstoles.

             Acerca de los milagros de Jesús y sus discípulos, en el Nuevo Testamento se describen alrededor de 49 milagros, sobre todo en los Evangelios Sinópticos y los Hechos de los Apóstoles, los cuales se pueden resumir en: señales y prodigios, exorcismos, curaciones y reanimaciones de muertos. Entre los hacedores de milagros se tienen: Jesús, los discípulos, Pablo, los partidarios de los fariseos (Lc 11,19), un personaje anónimo que no pertenecía al grupo de los discípulos (Lc 9,49), y diversos miembros de las comunidades cristianas primitivas que tenían el don de curación o de exorcismo (1 Cor 12,9. 10. 28 – 38; Sant 5, 14 – 16).

             Mirando al sistema sanitario del imperio romano, como el de Palestina estaba, se observa que el mismo estaba organizado en tres sectores institucionales: popular, profesional y étnico; de acuerdo a si se trata de la familia y los parientes (la cultura popular), la institución médica especializada y las medicinas alternativas, muy relacionadas con el sector popular. Cada uno de estos sectores atiende al enfermo según su especificidad y práctica, es decir, la familia representa la atención primaria dada por los lazos parentales y las tradiciones familiares; la medicina especializada, utiliza el tratamiento científico; la medicina étnica o alternativa, se refiere a la curación por razón de los medios naturales y similares, con una fuerte carga mágico – religiosa. A este grupo pertenecen los sanadores populares, quienes utilizan los exorcismos y la magia entre sus terapias. En él se ubican Jesús y sus discípulos, son sanadores populares, muy cercanos al pueblo, siendo muy apreciados por el mismo.

             Otro aspecto a destacar es la diferencia entre las sanaciones de los seguidores de Jesús y los taumaturgos greco – romanos. Las curaciones de los primeros cristianos se realizan en el nombre de Jesús[8], a plena luz del día, de ejecución inmediata y a la vista de todos, mostrando lo relevante de la fe y el testimonio. Simbólicamente el sanador utiliza materiales rudimentarios (saliva, lodo), la curación posee una honda carga alegórica y gestual (imposición de manos, untar los ojos y la lengua, tocar), con la fuerza de la palabra y la oración.

             Vamos ahora a enfocarnos en los milagros del Libro de los Hechos de los Apóstoles;  encontramos que son variados y abarcan la historia que narra el libro, suman 15 milagros. Se describen dos exorcismos: la muchacha exorcizada (16,16 – 18), los siete hijos de Esceva (19,11 – 17); seis curaciones: el cojo del templo (3,1 – 11), el paralítico de Lida (9,32 – 35), la reanimación de Tabitá (9,36 – 42), el cojo de Listra (14,8 – 10), la reanimación de Eutiques en Tróade (20,9 – 12), fiebre y disentería en malta (28,8 – 9); cuatro salvamentos: los apóstoles liberados de la prisión (5,19 – 20), Pedro liberado de la prisión (12,3 – 9), Pablo y Silas liberados de la prisión en Filipos (16,23 – 40), Pablo salvado del naufragio (27,6 – 44); tres milagros de legitimación: Ananías y Safira (5,1 – 11), el mago Elimas queda ciego (13,6 – 12), Pablo salvado de víbora (28,1 – 6) .

            A simple vista, de modo general se destacan algunos elementos comunes en estos milagros del Libro de los Hechos de los Apóstoles:

   1.      Los destinatarios de los milagros, son personas humildes y a veces de fe: cojos de nacimiento, discípula cristiana Tabitá, padre del gobernador Publio, joven Eutico, esclava poseída.

   2.      Los hacedores de los milagros, son personajes principales de las comunidades cristianas de Jerusalén y Antioquia, llenos de fe y de Espíritu, sanadores populares: Pedro y los apóstoles, Bernabé, Pablo.

   3.      La actuación de Dios por medio de los sanadores populares, se da por la invocación del nombre de Jesús  o sencillamente enviando al Ángel del Señor, quien guía el milagro con palabras y gestos.

   4.      Los casos resueltos son prácticamente incurables: los cojos de nacimiento, ocho años de paralítico, muerte de Tabitá y Eutico.

   5.      Los milagros realizados poseen un honda carga simbólica, expresada en palabras y gestos: fijando la mirada, de un salto, al instante, oración, impuso las manos, se puso de rodillas, se hecho sobre él, se produjo terremoto, se soltaron las cadenas.

   6.      Los prodigios cumplidos transmiten clima de paz y alegría, presencia de Dios, invitan a la conversión, con gran sentido de evangelización: tengo fe en Dios, anunciaron, se alegró con toda la familia por haber creído en Dios, lleno del Espíritu Santo, creyó impresionado, gran temor se apoderó de todos, fue glorificado el nombre del Señor, muchos que habían creído venían a confesar y declarar públicamente sus prácticas, entró andando, saltando y alabando a Dios, quedaron llenos de estupor y asombro, lo vieron y se convirtieron al Señor.

   7.      La ubicación geográfica de los milagros, permite abarcar Palestina, Asia menor, Grecia, Chipre, Italia, Los milagros se efectuaron en: Jerusalén, Lida, Jope, Listra, Éfeso, Tróade, Filipos, Pafos.

             Estas características de las sanaciones en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, hace ver la importancia de estos acontecimientos en la vida de las comunidades cristianas de los orígenes, hasta tal punto que se convirtieron en tradiciones y memorias populares, para finalmente quedar registrados con una intención claramente teológica: la llegada del Reino de Dios, o mejor dicho, la presencia del Reino de Dios actuada a través de las sanaciones y los exorcismos.

            Queremos dar algunas conclusiones después de este panorama sobre las sanaciones en el Nuevo Testamento. Los milagros neo testamentarios son curación de la vida, porque devuelven la esperanza, recobran la dignidad de la persona, reintegran en la sociedad, revelan a un Dios justo y sin discriminaciones, que opta por los pobres, un Dios que se hace solidario, compasivo y misericordioso, quien actúa en los sufrimientos humanos, reintegrando en la comunidad religiosa.

             Su poder es radical, destruye la raíz de todo mal: los demonios; comprometiendo a los sanados en la misión y evangelización, desde el sentido de la solidaridad, en la construcción de la comunidad de hermanos, con la fuerza del Espíritu y la contundencia del testimonio.  Esto lleva a la paz y a la alegría, en un proceso de conversión y de amor.



[1] Sanación viene de la palabra griega: terapeuo, que significa un tratamiento o  terapia que restituye la salud física y espiritual.
[2] Se habla de más de 300 santuarios esparcidos por el imperio romano, desde el siglo tercero antes de Cristo. Esto significa una práctica – costumbre habitual en toda la geografía imperial.
[3] Algunos de estos personajes son filósofos griegos, escritores, militares que viven en diferentes localidades y en distintos  años, lo que indica que la sanación fue una práctica conocida por todo el imperio.
[4] El Hombre Divino, lo es por su relación con Dios, por ser hombre inspirado, por ser hombre virtuoso y sabio, por ser hombre extraordinario, posee dotes admirables y fenomenales.
[5]Fue un filósofo neo pitagórico contemporáneo de Jesucristo, a quien se le atribuyen grandes prodigios. Buscando crecer en conocimiento y sabiduría,  viajo por todo el imperio romano visitando los sabios de la antigüedad: persas, hindúes, egipcios. Su vida se convierte en legendaria.
[6] Figura de la mitología griega, forma de hombre y cabra, que conquista y hace el amor con jóvenes doncellas.
[7] Sacudida de la corteza terrestre que se produce a cierta profundidad.
[8] En nombre de Jesucristo aparece en Hch: 3,6. 16; 4,10. 17. 18. 30; 5,40; 8,12. 16; 10,48; 15,26; 16,18; 19,5. 13. 14 – 16. 17. 21. 27. 28; 21,13; 22,13.16; 22,16. Para Lucas, “en nombre de Jesús”, hace presente real y efectivamente al mismo Jesús. Uno pone la fe en su nombre, es bautizado en su nombre; los milagros son realizados por medio de su nombre y la salvación se encuentra en su nombre; los discípulos predican su nombre y sufren por él.

1 comentario:

Olga Picón dijo...

Gracias padre muy interesante!!! Bendiciones!!!