14 feb 2014

Fuertes de Espíritu y tiernos de corazón


“Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10,16).

El titulo de esta reflexión esta tomado de un libro de Martin Luther King, la Fuerza de Amar donde comenta este pasaje de Mateo, el cual refiere la dificultad de los primeros discípulos en dar testimonio ante aquella sociedad, debido a las envidias y persecuciones. Al mismo tiempo les fortalece, diciéndoles que el testimonio viene de la acción del Espíritu en ellos.


 Retomando la interpretación de Martin Luther Kíng, sobre los fuertes de espiritu y los tiernos de corazón, el enumera sus rasgos, los cuales resumimos:


Fuertes de espíritu
Tiernos de corazón
Racional, idealista
Sentimental, inconstante
Crítico, egoísta
Flexible, amigable
Discierne lo falso de lo verdadero
Se deja llevar por la apariencia
Consiente, perfeccionista
Espontaneo
Realismo, utilitarista
Realismo subjetivo
Personalidad fuerte, insensible
Cambiante
Cumplidor
Flexible

 
Parafraseando este texto, podríamos decir: la fidelidad a Dios y la solidaridad con quien necesita. También pudiera ser la fortaleza y la sensibilidad. Tú puedes crear tu interpretación. ¿Tu personalidad coincide con esta distinción? ¿Con cuál? ¿Qué opinión te causa?

Tal vez con algunas de estas expresiones nos asemejamos porque coinciden con cualquier persona. Son los extremos o tendencias de todos/as. Pero la frase bíblica tiene para nosotros una honda carga espiritual: ¿Cómo ser testimonio en esta sociedad donde  nos toca vivir en medio de muchas dificultades?  

Pudiéramos entender “ser fuertes de espíritu”  como la persona de fe y por eso ejemplo de vida, capaz de tomar decisiones importantes en medio de las dificultades, quien posee siempre una esperanza en mejorar las situaciones y fortaleza para superar los conflictos.

“Tiernos de corazón” representa la nobleza humana, la sensibilidad, la apertura a los demás, la capacidad de perdonar y reconciliarse, los valores, la generosidad, la solidaridad, comprender a los demás, apoyarlos, un compromiso de vida con el bien y la verdad. Fuertes de Espíritu y tiernos de corazón se podría resumir en: “la grandeza de Dios, que se realiza en la pequeñez humana”.

Me recuerda esto a la Sra. Claudina Labana, catequista del pueblito de Cupira en el Estado Miranda: “una mujer de Dios” por su alegría, por su sencillez, por su transparencia, por su fe; “una mujer del prójimo” por su generosidad, su solidaridad, desvivirse por sus hijos y familia, por la Iglesia. Tal vez cargada de muchos problemas y sacrificios, pero un rostro que siempre refleja paz, y por eso a Dios; y un gran corazón donde constantemente hay alguien a quien ayudar.

Hoy necesitamos ser fuertes de espíritu y tiernos de corazón para que nuestra sociedad sea feliz. ¿Cómo?
 
 

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